viernes, 18 de julio de 2014

Cambiando el mundo desde tu mundo

Lei el articulo y me encantó. Lo modifique un poco, y se los dejo para leer un ratín!

¿Qué significa“Cambiando el mundo desde tu mundo”?

Partiendo de la base de que realmente cualquier persona puede hacer algo por mejorar una sociedad tan injusta, la clave está en cambiar el mundo en primera persona. No en reflexionar sobre qué o quién debe cambiarlo. Ya sea en la otra punta del planeta o en nuestro propio barrio. Desarrollando nuestra propia iniciativa solidaria o formando parte de alguna que ya esté en marcha.
Habría que preguntarse: ¿De verdad nos gustaría cambiar las cosas?
Para conseguirlo debemos tratar de ir más allá. Aun en el caso de que pensemos que toda la culpa de nuestros males es de políticos, grandes multinacionales o "los mercados", incluso en ese caso también hay que actuar para que otros actúen. Si queremos transformar la realidad hay que tomar parte activa, siendo realistas y siempre desde nuestras posibilidades. Tal y como dijo Gandhi muy sabiamente: la diferencia entre lo que hacemos y somos capaces de hacer resolvería la mayoría de los problemas del mundo. Y la verdad, no habría mucho más que añadir.

Numerosas veces nos planteamos cómo pueden dirigir Estados personas con tan poca capacidad y actitud para hacerlo. De igual manera también observamos a menudo cómo personas muy capacitadas deberían situarse en otro lugar diferente, con mayor poder y responsabilidad de la que tienen. ¿Por qué ocurre esto? El mundo lo cambian personas que en un momento de su vida han sido suficientemente sabias como para darse cuenta de que podían cambiarlo, y suficientemente valientes como para comenzar a hacerlo. A partir de ese planteamiento es cuando a esas personas suficientemente sabias y valientes, les llega la inspiración para cambiar las cosas. Tan perjudicial es para nuestro mundo la ignorancia valiente como la sabiduría o la experiencia cobarde.

¿Seguís pensando que no sos capaz de cambiar nada?
Superemos el habitual freno a nuestra capacidad de acción, dejemos atrás la clásica falta de tiempo o dinero para contribuir a resolver los grandes problemas de la humanidad. Comenzaremos a comprobar que dedicar a diario unos momentos para pensar qué podríamos hacer por los demás es perfectamente posible. Al menos durante ese rato desocupamos nuestra mente de otro tipo de pensamientos negativos o preocupaciones. Ya solo por esto último merece la pena. Poco a poco irán surgiendo ideas, conversaciones, impresiones, incluso nuevas amistades. Nos daremos cuenta de que no estamos solos en esto. Son muchas las personas que ya han decidido moverse, participar, actuar y ser parte del cambio. Una vez dados los primeros pasos comienzan a llegar los primeros resultados. También las colaboraciones y el entusiasmo. Finalmente llegamos a la conclusión que buscamos. Damos con la respuesta de qué está en mi mano, qué es aquello que puedo aportar. A partir de ahí ya tenemos la idea: es clara, me gusta, y además posible. Ahora hay que darle vida.  

Nos ponemos en funcionamiento. Poco a poco se acaba aprendiendo a trabajar en red, compartiendo conocimiento y aumentando nuestras posibilidades de implementar ese proyecto para cambiar el mundo desde nuestro mundo. Salimos de esa espiral de conformismo, de echar balones fuera; y tomamos protagonismo en ese cambio que tanto anhelamos. Dejamos atrás la costumbre de analizar o identificar causas de la pobreza, el hambre o la desigualdad, para empezar a luchar contra ello de forma activa. Empezamos a buscar soluciones. Descubrimos en qué consiste el concepto de liderazgo social o medioambiental y cómo podemos llegar a ser parte de un efecto multiplicador para que entre todos, construyamos un mundo más justo y mejor.

Te preguntas: ¿Y qué puedo hacer yo?

La conclusión final a este texto la dejo en tus manos. Imagínate qué podrías llegar a hacer vos para cambiar el mundo desde tu mundo. ¿La clave? Cambiar la realidad, no esperar a que la cambien otros. A partir de ahí… llega la inspiración.

Muchos pueden decir que vivo en un sueño, q mi mundo es utópico, pero amo mi mundo y lucho x él, donde la gente puede ser Feliz si se lo propone. Solo depende de uno. 
Cuando era chica mis papás no estaban bien económicamente, a veces juntaban las monedas p poder comer. Así y todo mi mamá con telas, y reparando zapatillas nos vestía a nosotros y a chicos de la calle, que cuando pasaban por la puerta de casa ella los entraba y les daba una taza de arroz con leche o lo que hubiera en ese momento p alimentarlos. Ahí me enseñó q el dinero no solo no hacía la felicidad si no q tampoco te impedía ayudar. Tiempo más tarde, gracias a la perseverancia y empuje de mi viejo, trabajando día y noche, fin de semanas y feriados (nunca lo escuché quejarse por tener q ir a laburar) nuestra situación económica cambio. Él soñó, se esforzó y obtuvo el resultado q quería. A los 14 años sin necesidad, comencé a trabajar y el dinero lo destine a comprar comida. Asi, con la compañía de mi papá me metía en villas y barrios periféricos a llevar comida, y ropa que juntaba con la gente del barrio y familia.
Siempre soñé, y voy a seguir soñando hasta el último segundo de mi vida, que puedo Cambiar el Mundo… La Fundación me ayuda a cada día poder aportar mi granito de arena, a rodearme con gente que comparte mi sueño y a entender que esos niños no tienen el destino que quieren si no el que les tocó y así sus generaciones, de nosotros depende no marginarlos, ponernos de la vereda de enfrente y entenderlos; ya que a veces se genera un poco eso de "hablemos sin saber". 

Con Amor Transformamos el Mundo.



Texto de Alfonso Basco www.culturadesolidaridad.org * @CdeSolidaridad modificado x Florcit@

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